30 de mayo de 2017

Carta abierta al "Refugio" de Miguel del Arco


A penas hace tres horas que salí del Refugio. Estoy aturdida y exhausta.

Miguel del Arco consiguió meterse en una carcasa gigante, como si de un súper-héroe se tratara, para zarandearme con fuerza y desestabilizar todo mi mundo.

El director reunió a siete actores en calidad de cómplices, a los que disfruté a un escaso medio metro (tuve la fortuna de sentarme en primera fila), y con los que viví una simbiosis química difícil de explicar... Podía ver sus vellos erizados mientras sentía el escalofrío que elevaba también el mío... Siete actores que estrujaron mis tripas haciéndome sentir pequeña, haciendo que me quebrara... Y durante más de una hora y media no pude dejar de llorar. Llegué a sentirme casi ridícula al no poder controlar mi llanto...

El teatro nació para divulgar ideas políticas, como entretenimiento y como expresión artística. Así que sin ninguna duda, el arte conlleva: responsabilidad. Y así es "El refugio", una pieza responsable, emotiva y aturdidora, que te lleva de la mano para hacer un juicio sobre la sociedad en la que vivimos, sobre tu entorno, sobre ti mismo. También sobre el egoísmo y el ego enfermizo del ser humano, que nos nubla hasta el punto de no ser capaces de discernir qué es un problema. Un problema de verdad.

No encontré en una sola pega. Tanto en el ámbito artístico, como en el técnico, la obra es impecable. Un texto brillante e inteligente que dejó a esta parlanchina insaciable sin poder articular palabra hasta llegar a casa. Con el cuerpo muerto por la tensión vivida y el cerebro frenético y abrumado.

No quería dejar de escribir esta carta agradeciendo al equipo que lo ha hecho posible. Agradecerles todo lo que me habéis hecho sentir y reflexionar.

Mi más sincera enhorabuena. ¡Y gracias!


Por último, me gustaría dirigirme a todos aquellos amigos, que sin ser parte de esta producción, estáis leyendo esta carta: quiero asegurarme de que no perdéis la oportunidad de vivir esta experiencia.

26 de mayo de 2017

El tren del cine

Nos subimos al tren del cine: Madrid-Alicante. Como había pasado hacía poco más de un año, nos reunimos (casi) todos de nuevo... Esta vez, no pasaríamos tres semanas en una mansión desmadrada en la que primaba el amor y el sexo... Esta vez subíamos a un tren con destino Alicante para disfrutar del trabajo realizado.



Programa del Festival de Cine de Alicante 2017






El pasado lunes el Festival de cine de Alicante nos esperaba con los brazos abiertos para que presentáramos nuestra película "Como la espuma", y es que nuestro largo formaba parte de las películas a concurso este año. 

La risas y el buen royo es el principal recuerdo que me quedará de este primer contacto con el festival, así que hoy, en Las llaves de Casa, quería acercaros un poco más a él:

El Festival nació en 2004 con el objetivo de apoyar y difundir la cultura cinematográfica. Y aunque realmente comenzó como una muestra de cortometrajes y presentaciones de largometrajes, ha ido evolucionado hasta convertirse en uno de los referentes.

A lo largo de la semana en la que se celebra el Festival, Alicante acoge distintas actividades relacionadas con el mundo del séptimo arte. Por un lado, tienen lugar las proyecciones de las películas y cortometrajes que compiten en la Sección Oficial a concurso y, por otro, se organizan propuestas paralelas sobre cine: talleres, master class, ciclos temáticos, proyección de películas invitadas, etc. Además, destacan las galas de inauguración y clausura del certamen, en las que se entregan premios honoríficos a profesionales del cine.

Este año los seis largometrajes que compiten me resultaron muy sugerentes. "Como la espuma" era la que rompía el hielo inaugurando el festival, así que por culpa del tiempo nos quedamos con las ganas de ver el resto... Aun así, las tendré las primeras de la lista de "películas pendientes de ver":




Como la espuma

19 de mayo de 2017

Me convirtieron en una Geisha

La relación del champú y el arte

Llegué en compañía de un café gigante, aderezado con soja templada a nuestro encuentro. Era en la céntrica calle madrileña Villalar 1. Me esperaban sonrientes. Yo aparecí más sonriente aún porque intuía lo que me esperaba en aquella sala con luz tenue y música sugestiva.
Nos habíamos citado para adentrarnos en lo más profundo de la cultura japonesa. Para regalarme un momento para mí. Para convertirme en una auténtica Geisha.


"Crear algo universalmente bello. Eso es arte". Señor Shu Uemura.








Y aquí es cuando comienza mi iniciación a la tradicional ceremonia del té. 
Me dejé caer sobre el cómodo sofá que masajeaba mi espalda. Mientras, Blanca me

12 de mayo de 2017

La vida nos permite solo pedir un pírdula: una pausa

Choque cultural Inverso


Por fin las circunstancias y los astros se juntaron para poder cuadrar tres días en los que volver a casa. Y por suerte todo sigue igual... Aunque la que mire diferente sea yo.

Parque Garcia y Sanabriz
Pausa. Estoy en modo pírdula.
Es curioso cómo cambia nuestra mirada con el paso de los años. Cómo me miraba al espejo siendo adolescente y como me miro al mismo espejo siendo mujer. Lo lejos y grande que veía el rompeolas (hablo de mi playa de Las Teresitas) y lo accesible que lo encuentro hoy... Y por contra, cosas que me parecían sencillas, ahora las veo complicadas, como pertenecer al mundo de los adultos. 

Cada vez que vuelvo a casa me sorprendo de todo lo nuevo que

5 de mayo de 2017

Me gustaría tener un encuentro personal contigo

Existen pocas excusas para “No ser Feliz”

Nos pasamos la vida poniendo excusas a todo. Siempre buscamos un culpable a nuestra situación o problema, sea dentro o fuera de nosotros, sea una persona o un hecho. Creemos que el mundo entero conspira en contra de nosotros para que nunca seamos felices. Y si lo somos, la felicidad sólo dura un instante y no tardamos en volver al punto anterior.

Cartel de la comedia "Felicidad a Domicilio"
Como sabrás desde el pasado mes de Marzo, estoy representando cada viernes en Madrid Felicidad a Domicilio” una comedia en la que interpreto a un androide de última generación. Una obra que trata de un futuro que ya es presente, donde los robots ya forman parte de la vida cotidiana de los humanos y donde la sociedad se ha convertido en un conjunto de seres solitarios y desdichados. Pero la cosa no queda ahí; se trata los complejos sexuales, la depresión, los amores alquilados... y otros temas muy serios en clave áspera de humor. La ironía se derrama en la hora y pico que dura la obra.


Durante este tiempo he tenido una conexión mágica con el público asistente, encontrándonos de forma cercana en